Hambre
- Pablo Merino Prota
- 6 sept 2020
- 1 Min. de lectura
Tengo hambre
de sentir tus rosados
y voluptuosos labios
con los míos
y que me transporten
a galaxias lejanas
y rellenemos el vacío
con la fusión de nuestros cuerpos,
ser un trueno ensordecedor
y hacer añicos cristales
para ver la realidad
desde otra dimensión;
ser uno dos y tres
y los que haga falta,
ser como el niño
que se alimenta
de tus senos,
romper las leyes de la Termodinámica
e ir del caos a la tranquilidad
cuando ya no podamos más.
Con el tiempo,
que pasen las horas muertas
sin decirnos nada,
pero entendiendo todo,
hablar de la más
absoluta banalidad
y ser felices
el uno con el otro.
Que mis ojos
sean los que te digan
cuánto me gustas
y mis dedos
cuánto te quiero.
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