Fuego
- Pablo Merino Prota
- 17 jul 2020
- 1 Min. de lectura
Tú eres esa
que hiela la sangre
y provoca un trueno
que paraliza la razón,
por la que pasaría
horas sentado
—acariciando tu espalda—
y mirando al mar;
con el silencio
y el rosado
atardecer como aliados
mientras mis dedos
dibujan un corazón
en el nacimiento de tu cuello.
Tú eres esa
que da significado
a la belleza,
que provocó un cisma,
se llevó por delante
una civilización
y se alimenta
del más bravo fuego
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