Martina con vistas al mar
Como ya hice hace algún tiempo, hoy escribo en este blog con el propósito de hablar de una de las últimas novelas que me he leído. Viendo la foto que ilustra esta entrada y el título de la misma, es fácil deducir de cuál hablaremos hoy. Aunque bueno, a decir verdad pretendo hacerlo un poco más general para hablar de Martina con vistas al mar y de Martina en tierra firme, que es su continuación.
También es observable en la fotografía la autora del libro, Elísabet Benavent.
Como no soy un experto ni pretendo serlo, ya que simplemente presento aquí las cosas que me gustan y mis relatos, voy a dar mi opinión personal tal y como me va a ir surgiendo, no hablaré de nada técnico ni presentaré el libro ni a la autora ni parecido. Además, considero que ya es suficientemente famosa como para que este humilde tipo que os habla vía estas líneas se ponga aquí a contar cosas que no sabe.
Lo que si debo decir para aquellos que no sepan de qué estoy hablando, es que se trata de una novela romántica contada en primera persona por su protagonista, Martina.
Vamos al tajo.
Me ha fascinado la saga de Martina. Me parece maravillosa y un descubrimiento que agradezco a día de hoy. No había leído prácticamente nada de novela romántica hasta el momento, sinceramente, por puro desinterés. Sí que he visto unas cuantas películas que se catalogan como tal y no siempre me habían gustado; en muchas ocasiones me habían parecido simples bodrios sin sentido, con un argumento simplón y que tienden a presentarte una historia sin matices, llenas de tópicos y generalmente con cierto tufillo machista. Sin embargo, Martina, me parece fantástica. ¿Por qué? Porque cuenta una historia que bien puede ser real y que en muy poco cumple todo lo anterior. Los personajes que se presentan están cargados de matices, nada es blanco o negro; se muestran personajes que son capaces de hacer un análisis elaborado de lo que les pasa, con los que empatizas hasta el punto de reír, llorar o sufrir con ellos. De verdad que me ha pasado esto. Siguiendo con esta argumentación, las emociones o problemas que se les presentan son los mismos que cualquiera de nosotros puede tener en un momento dado de su vida. Son reales. Así que, consigue como digo, consigue empatizar todo el rato con el lector y es un factor determinante para engancharte en la obra.
Tampoco se presenta una historia de amor idílica de chicos buenos que rescatan princesas ni mucho menos. De hecho, son las propias mujeres las que a menudo solventan los problemas y ponen a los hombres en su sitio. En el que merecen por supuesto. Tampoco presenta una historia donde todo se soluciona con regalos caros ni detalles extravagantes... Digno de alabar en una época en la que parece que todo lo arregla el dinero y que lo más famoso que se ha escrito en novela "romántica" es la dichosa 50 Sombras de Grey.
La única pega que podría ponerle a la historia es cómo presenta la autora al lector lo difícil que es la vida de la juventud al acabar de emanciparse. Me parece contradictorio. Al ser una novela romántica, la mayoría de personajes son jóvenes que acaban de comenzar una nueva vida al licenciarse o están en busca de un primer trabajo, etc. En consonancia con este hecho es común que se comenten los problemas para llegar a fin de mes, para pagar ciertos gastos, para no depender de los padres... lo lógico. Pese a ello, a la hora de la verdad casi no notas que tengan que recortar sus verdaderos gastos o que de verdad lo sufran pues es habitual verlos cenando en restaurantes caros de Madrid. Pero bueno, es un detalle menor que me está ocupando más de la verdadera importancia de la historia.
Para concluir diré que, es como montar en una montaña rusa de emociones y de la que no quieres bajarte nunca. Me enganchó desde el principio, no podía parar de leer y desde aquí solamente quiero recomendarla para vosotros si no la habéis leído. Me alegra muchísimo haberlo hecho.
Gracias por leerme y hasta la siguiente entrada